El punto de partida es una percepción que parece evidente para la mayoría en el mundo de los negocios: el sistema judicial para la impartición de justicia por los tribunales de derecho es ineficiente. Este sistema se sustenta en legisladores ingenuos, jueces acorralados y agentes económicos vulnerables.
Pobres legisladores, las leyes sobre como deben funcionar los tribunales de derecho presuponen humanos inexistentes que pueden ser imparciales. Se le olvida al legislador que ningún humano puede ser imparcial (falta de designio anticipado a favor o en contra de personas o cosas, que permite juzgar o proceder con rectitud).
Todos los humanos tenemos historia, emociones y pensamientos propios. Sin embargo, se supone que los jueces no tienen historia personal y por ello sus decisiones son imparciales. Esta percepción tuvo sentido cuando se asumía que había dos tipos de seres humanos, unos nacidos para gobernar y otros para obedecer, tan de moda en la época de Sócrates, Aristóteles y sus amigos. Hoy, sustentamos nuestra vida política en el dogma de que todos somos iguales para efectos jurídicos. Este supuesto, sin embargo, es únicamente una construcción epistemológica legalista, que existe para dar coherencia al orden jurídico como un cuerpo imparcial para resolver disputas. Pero, no tiene nada que ver con la manera real en que cualquier humano piensa, siente y se comporta. Todos los puntos de vista del ser humano son subjetivos y prejuiciados
Pobres jueces, se encuentran entre la espada y la pared. Saben que tienen historia personal, emociones y pensamientos y, para complicar, deben ajustarse a una serie de reglas sobre como tomar sus decisiones y generalmente tienen una carga de trabajo imposible de cumplir dados los recursos disponibles.
Pobres comerciantes y empresarios, cuando enfrentan algún problema legal con sus socios, proveedores o clientes, generalmente se ven obligados a contratar abogados y a gastar fortunas para hacer valer sus derechos ante tribunales.
¿Qué se puede hacer?
Si no hay humanos imparciales, ¿qué se puede hacer para diseñar sistema adecuados para resolver conflictos que estén libres del prejuicio personal?
Cambio de enfoque
Parafraseando a Einstein, uno puede tratar de reformular los problemas añejos. En vez de buscar humanos irreales que carezcan de pensamientos y sentimientos individuales, el sistema legal debería promover la comunicación personal entre las partes y, cuando las partes no se ponen de acuerdo, recurrir a un mediador que facilite la negociación entre las partes para alcanzar una solución aceptable a su problema.
Para lo anterior, primero hay que desaprender nuestros prejuicios sobre el derecho, que es el espacio de problemas. Segundo, hay que aprender a negociar y a mediar que es el espacio de la solución.
El método de desaprender
Esta hipótesis sostiene que el punto de partida para aprender es colocarse en el lado del error para aprender el acierto. La hipótesis para explicar cómo el ser humano ha aprendido ciertas regularidades del universo a través del ciclo experiencia-expectativa-experiencia durante su evolución, destaca que al romperse dicho ciclo se enfrentaba un error, pues la experiencia o la expectativa previstas no ocurrían. Entonces era necesario un nuevo aprendizaje para ocupar el espacio de la expectativa o de la experiencia frustrada. Con la misma hipótesis explicativa de cómo el ser humano aprendió desaprendiendo ciertas regularidades del universo, se propondrá como el más seguro punto de partida el error para luego ocupar, en su lugar, el acierto.
El método de desaprender ya aparecía en la obra de Antístenes, el filósofo ateniense fundador de la escuela cínica. Su primera lección era que ignorar, no era menos importante que saber. Comenzaba su enseñanza con el desengaño. Él enseñaba a sus alumnos primerizos que desaprendieran los errores para mejor aprender después los aciertos.
Wittgenstein, el pensador más original del siglo XX, compartió la misma opinión que el maestro griego . En sus comentarios a Frazer señala:
“Hay que empezar por el error y conducirlo a la verdad. Esto es, hay que descubrir la fuente del error, pues de otra manera no nos sirve de nada oír la verdad. Ella no puede penetrar cuando otra cosa toma su lugar. Para convencer a alguno de la verdad no basta constatarla, sino que es preciso encontrar el camino que conduce del error hacia la verdad”.
El recién fallecido Ciorán, el filósofo de la lucidez, escribió en el mismo sentido:
“El no saber es la gran equivocación que sirve de base a todas nuestras verdades; el no saber es más antiguo y más poderoso que todos los dioses reunidos”.
Deben hacerse dos advertencias. No subestimar lo muy difícil que es desaprender. Wittgenstein señala en sus últimos escritos sobre la filosofía de la psicología, que no hay nada más difícil que mirar a los conceptos sin prejuicios, pues los prejuicios son una forma de entender al mundo.
La segunda, las ideas contrarias a lo que se considera erróneo, no son necesariamente correctas. En otras palabras: lo peor es basarnos en dogmas o verdades eternas o en sus opuestos. El dogma es como amarrarnos los tobillos a una roca para impedir la libertad de movimiento.
Desaprender el derecho
Cuando existe un conflicto legal, el empresario, ejecutivo, comerciante o inversionista piensen en contratar a un abogado para que lleve el asunto ante una autoridad que decida (juez o árbitro). Las partes de los procesos jurisdiccionales no tienen control sobre el proceso ni sobre el resultado. Hay incertidumbre. Este sistema generalmente deja insatisfechas a una o ambas partes y genera angustia y cuesta mucho. Su sustento es la guerra disfrazada de derecho. Demuéstrese esta aseveración señalando algunos términos bélicos y sus equivalentes jurídicos.
“Los contendientes requieren un ejército (despachos de abogados); declaración de guerra (demanda); guerra preventiva (medidas precautorias); un general que comande al ejército (abogado principal); un campo de batalla (autoridades con jurisdicción); dominio de reglas de ofensa y defensa (derecho procesal); conocimiento de la efectividad de las armas (deberes y derechos); fijar estrategias (escenarios de instancias procésales); uso de artillería (hechos); manejo del material bélico (argumentos legales); espacios de consulta (juntas de avenencia); municiones (dinero); declaración de victoria (sentencia favorable).”
Esta lista es sólo una muestra de la simetría entre el modo de pensar en la guerra y en el terreno legal. Lo legal es el espacio del problema.
Para ilustrar una situación en la que el recurrir a un tribunal hace más mal que bien, imaginemos una situación en la que una niña y un niño se encuentran una naranja.
Ambos la querían pero no sabían expresar el interés que tenían en la naranja. Ante la imposibilidad de lograr un acuerdo, optaron por someter su conflicto al juez más ilustrado, quien después de instruirse en las más sofisticadas y avanzadas teorías jurídicas, decidió el conflicto: Una mitad de la naranja debería ser de la niña y la otra mitad del niño.
Al recibir la niña su mitad, se comió la cáscara y tiró la pulpa. El niño se comió la pulpa y tiró la cáscara. ¿No cree Usted que si los niños hubieran sido buenos negociadores o hubieran contado con un facilitador, la solución al conflicto hubiera consistido en que la niña hubiera tenido toda la cáscara y el niño toda la pulpa? ¿No le parece que la decisión del juez fue mala para ambos? Este fue el espacio del problema, el espacio jurídico. Hay que desaprender el pensar en términos de derecho.
Enfoque más convencional sobre negociación y mediación
Una manera de aprender es estudiar los cada día más populares manuales y textos de mediación y negociación que tienen variantes en el énfasis que ponen en una u otra parte del proceso.
Al empiezo de un libro o capítulo sobre mediación generalmente trata de definir que es la mediación . Trata de cuestiones tales como concepto de mediación, aspectos salientes y ventajas y desventajas de la mediación, características de la mediación, el acuerdo para mediar, situaciones en las que se recomienda y en las que no se recomienda la mediación, vínculos de la mediación con el poder judicial, el equilibrio de poder entre las partes.
Otro gran tema es la definición de quien es el mediador, tipos de tácticas que utiliza un mediador, un mediador eficiente, entrenamiento para ser mediador.
Un tercer apartado se refiere al procedimiento propio de la mediación. Se consideran temas tales la estructura en el procedimiento de la mediación, el control del procedimiento y su falta de formalidad, la agilidad y rapidez del procedimiento, la actividad del mediador según los diversos momentos del procedimiento, elementos que influyen en la actividad del mediador, conclusión de la mediación.
El tema de como preparar una mediación es imprescindible. Se refiere a cuestiones tales el acercamiento de las partes a la mediación, como se les convoca, imagen que se presenta a las partes, formas de la citar a las partes (carta, fax, correo electrónico, teléfono, en persona), situaciones donde precede una orden judicial, la mediación en relación con los tribunales, información sobre la mediación, comparecencia obligatoria a la mediación, reunión de las partes, preparación de la mediación, comunicación verbal y no verbal, el modo de relacionarse de las personas, la preparación del lugar del encuentro, elección del lugar, muebles y útiles de trabajo, ubicación del mediador, ubicación y tipos de mobiliario, la vestimenta del mediador, ubicación de las partes en el espacio físico.
El asunto de como empezar la mediación refiere cuestiones como ingreso a la sala de audiencia, las presentaciones, tomas de notas por el mediador y por las partes, la postura y el lenguaje del mediador, negativa de una parte a continuar con el procedimiento, contenido de la sesión conjunta inicial, importancia del discurso inicial del mediador, preparación del discurso del mediador, auto presentación del mediador y decisión sobre el modo de dirigirse a las partes, aclaración sobre la imparcialidad y experiencia del mediador, explicación del papel del mediador y del concepto de mediación, del procedimiento a seguir, de la regla de confidencialidad, contestación de preguntas y aclaraciones.
En una la mediación son importantes diferentes aspectos de la dinámica como presentación de cada posición por relato de las partes, la expresión de emociones, recapitulación o paráfrasis por el mediador, diálogo e intercambio de información entre las partes, el rol del mediador en el proceso de recolección de datos, identificación de los núcleos del conflicto, estructuración de la la discusión, tiempo de las sesiones, causas que justifican las sesiones privadas, principios que rigen las sesiones privadas, cómo se dirige la sesión privada, contenido de la sesión privada, éxito de la sesión privada, falta de acuerdo, acuerdo, sentir de las partes luego de la mediación.
Respecto a la educación y experiencia de los mediadores se hacen referencias la jerarquía social del mediador, su función, su habilidad natural y entrenamiento, certificación de mediadores, a quiénes debe reclutar un programa de mediación, cómo calificar a quien pretende ayudar a resolver un conflicto. cómo evaluar la profesionalidad de un mediador, competencia profesional, criterios de entrenamiento, experiencia y desempeño, principales puntos de un programa de entrenamiento, importancia de la técnica del ejercicios activos.
La evaluación y seguimiento de un programa de mediación incluye responsabilidad del mediador para con el programa de mediación, supervisión y evaluación de un programa de mediación, quién evalúa y a quien se evalúa, objetivos de la supervisión y evaluación, especial control en programas de derivación obligatoria a mediación, métodos de evaluación de las cualidades de los medidores, mejoramiento de las cualidades de los mediadores, el acceso a registros y datos para evaluar, mecanismos de control de calidad, el peligro de centrarse en el número de acuerdos logrados, la satisfacción de las partes y su relación con la imagen del mediador, información para la adecuada supervisión y evaluación, seguimiento en los casos en los cuales se llegó a un acuerdo.
Enfoque menos convencional sobre negociación y mediación
Otra manera de aprender es partir de que parece que cualquier ser humano tiene algunas ideas sobre como mediar o negociar, y por lo tanto no se requiere de ninguna experiencia o tipo de estudio específico para atreverse a mediar o negociar o a decir algo sobre mediaciones o negociaciones.
Una de las primeras interacciones del ser humano es negociar para sobrevivir. Negocian madre y bebé el acceso a la leche materna. Negociar es lo contrario a imponer sucesos, a utilizar la fuerza, a recurrir a la violencia o a pleitear interpretaciones. Se media y se negocia en la vida de familia, en transacciones comerciales y en las relaciones de trabajo. En centros financieros y clubes deportivos. En el medio más modesto y en las grandes decisiones políticas.
Freud escribió en 1926 el artículo “¿Pueden los legos ejercer el psicoanálisis? Diálogos con un juez imparcial”, para abogar por su amigo Theodor Reik, miembro prominente de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Reik no era médico y se le acusaba de violar una ley contra el curanderismo que declaraba ilegal el ejercicio del psicoanálisis por alguien que no fuera médico.
En su escrito Freud sostenía un diálogo imaginario con un juez imparcial al que trataba de convencer de que todos podemos juzgar tesis psicológicas, ya que no requerimos de conocimientos especializados. Dicha actividad no está reservada a los especialistas, como sí lo son el ejercicio de otras disciplinas como la medicina, la contabilidad, la física, la química.
En el diálogo con el juez se cita el caso de una quinceañera que solicitaba un empleo consistente en cuidar a una niña, a quien se le preguntó cuál era su experiencia como niñera. Contestó ella que sí tenía, que no hacía mucho tiempo había sido una niña pequeña.
Percepción similar se encuentra en el título de un libro que dice: “Todo lo que realmente necesitaba saber lo aprendí en el año preescolar.” El autor expone de un modo muy sencillo que las reglas fundamentales para la convivencia se aprenden en los primeros años de socialización del ser humano.
Mediar o negociar es algo en que todos hemos participado, participamos y seguiremos participando.
Toda generalización sobre mediadores o negociadores o mediar o negociar, entonces, debe tener excepciones, puesto que cada cabeza humana y cada situación de negociación son únicas. Por ello parece sin sentido proponer un método de mediación o negociación que en todos los casos y bajo cualquier circunstancia, sea pertinente.
Parece infinito el tipo de mediaciones o negociaciones imposibles y posibles. Mostraré una para que el lector aprecie la dificultad de establecer reglas de negociación.
La siguiente negociación entre el oso y el cazador tiene un resultado sorprendente. Era un cazador que le iba a disparar a un oso. Éste le dijo, momento, qué es lo que quieres cazador. Una piel de oso que cubra todo mi cuerpo. Y tú qué quieres le dijo el cazador al oso. Llenar mi estómago con carne humana. Después de una pausa, el oso le propuso al cazador que se sentaran a negociar. El cazador dudó pero a fin de cuentas aceptó. Luego de media hora el oso comenzó a caminar solo, al tiempo que con satisfacción pensaba. Buena negociación, el cuerpo entero del cazador estaba cubierto con la piel del oso y éste tenía su estómago contento con carne humana.
Por lo anterior, en vez de proponer reglas que siempre tendrán excepciones para mediaciones y negociaciones, mi manera de pensar sobre cómo negociar y mediar mejor se sustenta en una hipótesis de la inteligencia instintiva, intuitiva y racional; una hipótesis de que es mejor desaprender para aprender; y en una hipótesis de prejuicios que hay que desaprender.
Para presentar las hipótesis referidas, que mejor que formas de lenguaje que representan situaciones, como son: metáforas, fábulas, poesía, historias sagradas, anécdotas, adagios, refranes, proverbios, dichos y dicharachos. ¿Por qué?
Porque la manera en que los humanos desaprendemos y aprendemos del mundo es a través de nuestros sentidos en situaciones. Por ello, describir situaciones donde a los mediadores y negociadores les suceden emociones y pensamientos, es el medio óptimo para que el lector comprenda mi manera de pensar sobre las mediaciones y negociaciones. Los mediadores y negociadores se personifican en animales, dioses o humanos en situaciones específicas.
Una moraleja puede servir para múltiples propósitos en una mediación o negociación. Las moralejas por alguna sin razón o razón no implican una amenaza, captan el interés del oyente, son un modelo de flexibilidad y hacen más memorable la idea expuesta. Para adelantar ideas e intensificar las motivaciones narrar una moraleja puede ser muy útil. Las moralejas pueden emplearse para formular órdenes veladas. La formulación indirecta puede consistir en variaciones de la entonación en la narración de la moraleja.
Por el mismo hecho de ser indirectas, las moralejas pueden ser utilizadas para eludir la natural resistencia al cambio.
Las moralejas sirven también para ofrecer nuevos marcos de referencia de un problema. Las moralejas pueden servir para desensibilizar a una persona respecto de sus temores o para recordarle que recursos tienen para confrontar situaciones.
Por mediar o negociar mejor entiendo la capacidad para utilizar con plenitud los recursos que tiene el cuerpo humano para comunicar a otro que veo, pienso, oigo, siento, huelo, deseo, sueño y espero, a través de palabras y lenguaje corporal.
Así, cuando existe un negociador neutral que hable de las cualidades y logros de los otros, se facilita el equilibrio de las pasiones
El negociador neutral o mediador entre las partes de un conflicto, puede buscar comprensión entre las partes, contextualizar las posiciones, identificar intereses, propiciar procesos, allegar información, y sugerir propuestas de solución.
Un mediador debe poseer la capacidad para comprender las estrategias el modo de pensar y de emocionarse de las partes de un conflicto. O sea, cómo organizan y representan las partes sus experiencias y sus expectativas respecto a la materia del conflicto.
El mediador no debe involucrarse en el contenido del conflicto, pues es la materia sobre la cual las partes deben decidir.
El papel del mediador, como profesional de la comunicación, consiste en descubrir cómo operan los procesos de las partes para tender puentes de comunicación entre ellas y eventualmente, contribuir a generar opciones.
El mediador debe incorporar las representaciones que las partes hacen de sus modelos sobre el conflicto. Su papel no es introducirlas a los sistemas de valor o creencias propias.
La eficacia del mediador presupone su aceptación de los valores, creencias e integridad de las partes.
De modo esquemático, un mediador debe suponer, en las partes y en ella o él mismo, los siguientes puntos de partida:
1. Tienen recursos para resolver su conflicto.
2. Los puntos de vista son relativos.
3. Los conflictos cambian.
4. Tienen estrategias de emoción y pensamiento diversos, los cuales debe comprender.
5 El entorno para conversar sobre los conflictos es decisivo.
6. La comunicación directa sobre el conflicto es el medio más humano para resolverlo.
7. La resolución del conflicto debe ser aceptable para las partes.
8. La relación humana entre las partes es muy importante.
Encuentro pertinente algún tipo de asociación entre la labor de un facilitador negociador o mediador y la ciencia de la caballería andante, profesada por el Ilustre Hidalgo: Don Quijote de la Mancha.
“Dicha ciencia encierra en sí todas o las más ciencias del mundo, a causa que de que el que la profesa ha de ser jurisperito, …ha de ser teólogo, … ha de ser médico, y principalmente herbolario… ha de ser astrólogo… ha de saber las matemáticas… ha de ser casto en los pensamientos, honesto en las palabras, liberal en las obras, valiente en los hechos, sufrido en los trabajos, caritativo con los menesterosos, y, finalmente mantenedor de la verdad, aunque le cueste la vida defenderla…” 12
Así, la utilidad del método de mediación o negociación y la capacidad para usarlo con flexibilidad la determina cada mediador o negociador en cada caso. El peligro más grande es el de creer que algo, siempre y bajo cualquier circunstancia, es igualmente válido o inválido, eficaz o ineficaz, útil o inútil, bueno o malo, pertinente o impertinente. El punto de partida, no por humilde menos decisivo es que, por alguna razón o sin razón, el cerebro humano registra mejor aquello que aprende a partir de desaprender. Esta hipótesis sustenta la manera de pensar que se propone para mediar y negociar mejor.
COROLARIO
Legisladores, jueces y agentes económicos, hay que volver a pensar nuestro sistema para solución de conflictos. Una opción no aconsejable es tratar de destinar más recursos a lo que no funciona ya que la historia de una ley inútil muestra que es peor una propuesta impráctica que no hacer nada.
“Mandaba cierta ley en cierto estado, (moderna ley por cierto) que siempre con cuidado fuera andando la cabra en el desierto; que a los hombres el mono no imitara; que el toro no embistiera; que el perro no ladrara, y que el gato ratones no comiera; y además, y la causa bien discurro, que ya de rebuznar dejara el burro. La ley se publicó solemnemente; Pero ¡ay! en mi opinión, inútilmente, porque a su antiguo instinto obedeciendo, siempre el toro a los hombres embistiendo, hizo temer sus fuerzas ponderadas; la cabra descendió por las cañadas, de un abismo saltando en otro abismo; el mono, por costumbre, hizo monadas; el perro sin cesar ladró lo mismo; y cual si ley no hubiera, el burro rebuznó de una manera que rayaba en locura y en cinismo; hay que añadir que el gato, como animal ingrato, siguió con los ratones sus contiendas, y en almuerzos, comidas y meriendas, nunca probó el sabor de las legumbres, Son las costumbres leyes que en vano intentan reformar los reyes pues no cambian las leyes las costumbres” 13 .
También, para reforzar la idea de malas propuestas, recuérdense refranes: cuesta más el caldo que las albóndigas, o es peor el remedio que la enfermedad. Un efecto de las malas propuestas es que sucede lo que le pasa al cohetero, siempre le chiflan pues sus actos siempre merecen reprobación, descontento. Salir de Guatemala y entrar en Guatepeor, denota salir de un mal negocio y entrar a otro peor, o salir del lodo para caer en el charco.
La hipótesis del facilitador, descansa en una nueva manera de pensar sobre los conflictos y en tres presupuestos.
a) Que las partes realmente desean una solución satisfactoria a su conflicto.
b) Que las partes prefieren tener opciones para resolver su conflicto, que no tenerlas.
c) Que las partes tengan confianza en mediador.
Parece que la verdadera alternativa a los medios judiciales o al arbitraje para la solución de los conflictos, es el recurso al mediador, cuando la negociación entre las partes no funciona.
Más vale un buen arreglo que un mal pleito.
1. En las últimas décadas en prácticamente todo el planeta se ha puesto en duda la efectividad de los sistemas tradicionales para decidir controversias legales a través del recurso a los sistemas judiciales. Véase, Cappelletti, Mauro, Editor, Access to Justice, 4 vols. 1978-1979, Sijthoff Noordhoff International Publishers, The Netherlands, 1980.
2. Gracián, Baltasar, El Hombre en su Perfección. Saber para vivir., Ed. Planeta Mexicana, S.A. de C.V., México, 1ra. Reimpresión, 1997.
3. Wittgenstein, Ludwig, Tractatus Logico-Philosophicus, Ed. Altaya, S.A., Barcelona, 1994, Ed. Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, México, 1988, p. 124.
4. Wittgenstein, Ludwig, Comentarios sobre La Rama Dorada, Editado por RHEES Rush, traducción de ESQUIVEL Javier, UNAM, México, 1985, p. 9.
5. Ciorán, E. M., Del inconveniente de haber nacido, Ed. Taurus, Madrid, 1982, pp. 20-21.
6. Wittgenstein, Ludwig, Last writings on the philosophy of psychology, Volume I, Preliminary Studies for Part II of Philosophical Investigations, University of Chicago Press, 1990, p. 3 E.
7. Una colección de ensayos que presenta varios métodos en Kolb, Deborah, When Talk Works. Profiles of mediators, Jossey-Bass Publishers, San Francisco, 1994. Ruego al lector y lectora y a los autores que refiero su benevolencia para comprender que al clasificar en categorías las maneras de pensar sobre mediar y negociar, necesariamente debo distorsionar algo, generalizar algo y desconocer algo del objeto de conocimiento que describo.
8. Para presentar los temas usualmente tratados en la teoría y practicas de la mediación me baso en la excelente obra de Elena I. Highton y Gladys S. Alvarez, Mediación para Resolver Conflictos, AD-HOC S.R.L, Buenos Aires, 1995. De hecho parafraseo el índice de dicha obra. Estructuras similares encuentro en las obras: Basic Skills for the new mediator, Allan H. Goodman, Solomon Publications, 1994; The Art of Mediation, Mark D. Bennett and Michele S.G. Hermann, National Institute for Trial Advocacy, 1996; y Mediation Practice Guide. A handbook for resolving business disputes, Bennet G. Picker, American Bar Association Section of Dispute Resolution, 1998. American Bar Association (ABA) Section of Dispute Resolution, Alternative Dispute Resolution (ADR) Statistics Report, 1997. CPR Institute for Dispute Resolution, 336 Madison Avenue New York, N.Y. 10017-3122. Ohio State Journal on Dispute Resolution, Published in Cooperation with the ABA Section of Dispute Resolution, Bibliography Issue, 1997 Edition, A Selected Bibliography, Volume 13, 1998, number 4.
9. Por ejemplo Sharon Leviton y James Greenstone, Elements of mediation, Brooks/Cole Publishing Company, 1997) ponen su atención en las características del mediador y en la mediación para la solución de conflictos. Destacan que el mediador no tiene fuerza legal; que el mediador no tiene interés personal en el resultado de la mediación; que el mediador es neutral; y que el mediador debe tener los conocimientos adecuados para facilitar la mediación. La mediación presupone un conflicto en el cual las partes quieren llegar a un arreglo. Aseguran que es apropiada la mediación si las partes: a) Tienen unas percepciones tales de su problema, que no paran de discutir. b) Tienen la creencia de que la única solución es su posición. c) Tienen presiones de tiempo y plazos para llegar a un arreglo. d) Reconocen su interdependencia. e) Desean confidencialidad y no quieren hacer público sus desacuerdos. f ) Reconocen la conveniencia de un neutral. g) Quieren llegar a un arreglo, pero necesitan a alguien experto en la materia. h) Quieren seguir cuidando su relación futura. Para estos autores el mediador facilita procesos, induce discusiones, explica, genera propuestas, procura una imagen positiva de las partes, presenta undos posibles, sirve como mensajero, distingue necesidades de deseos, ejemplifica consecuencias, entiende a las partes y el conflicto, ubica el conflicto en un contexto. El espacio físico y el inicio de la mediación son fundamentales. Durante las sesiones de mediación no debe haber interrupciones ni ataques. La informalidad es deseable. La preparación logística para un ambiente cómodo también. Es conveniente el tener espacios físicos que permitan consultas separadas de las partes para ventilar emociones, intercambiar información, imaginar soluciones. La percepción de poder es una fuerza mayor en la mediación. La mediación difícilmente es aceptada en situaciones de crisis.
10. Freud, Sigmund The Question of Lay Analysis, Standard Ed. 20, 179; P.F.L., 15. También en Obras completas. Ordenamiento, comentarios y notas de James Strachey con la colaboración de Anna Freud, Alix Strachey y lan Tyson. Traducción del alemán por José L. Etcheverry. Volumen 20 (1925-26) Amorrortu editores, Buenos Aires, 1979.
11. Fulghum, Robert, All I really need to know I learned in kindergarten. Villard Books, New York.
12. Cervantes Saavedra, Miguel, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, México, 1997.
13. De Pina, María, Fábulas, 1994, México, 61.
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